HAY QUE CAMBIAR EL ÁNGULO
Por Sergio Carbullanca.
Arrebatar, destruir y reemplazar los símbolos consumistas, egoísta y de enajenación del sistema mercantilista por uno realmente humano, social y comprometido con el bienestar común y social es un acto verdaderamente revolucionario.
El día de la madre es mucho más profundo que la idea mercantilista que manipula un sentimiento tan preciado de un ser humano. Puede ser a una hermana, amiga(o), al padre, a la esposa(o), al compañero(a), pero cuando se reduce a una oferta de mercado de este día, con el fin de programarlo como festivo para obtener sendas ganancias, este se transforma en un día de consumo.
EL día de la madre se transforma en un producto transable en la bolsa de valores, donde el ser "objeto" está sujeto a los símbolos mercantilistas del sistema capitalista, que simplemente reduce al ser en un instrumento que le reporta utilidades.
Reiterando, se hace necesario cambiar el ángulo de nuestra visión de la simbología que se ha apoderado el capitalismo de nuestra forma de vida y nos va sumergiendo en un baño de somnífero placer consumista, cuando debiera ser en un gran salto revolucionario al despertar de las nuevas generaciones que levantan sus símbolos como lo es la madre luchadora, revolucionaria, que también ha sido esclavizada y despojada de su libertad, atada a las cadenas de los hijos y del esposo, pero nunca alzada como la gran combatiente y forjadora de futuro. Aquella que es capaz de sobreponerse al dolor de un parto, entregar al segundo ternura y una gran sonrisa. El Che señalaba "hay que endurecerse, pero jamás perder la ternura". Que bien lo saben las madres, aquella que es capaz de llegar, después de una jornada laboral a seguir trabajando en el hogar y aún después de tanto agobio del sistema es capaz de levantarse y estar codo a codo con el hombre marchando, luchando por una sociedad más justa.
Insisto, hay que cambiar el ángulo y arrebatarle al capitalismo su simbología de la esclavitud. De manera que surja verdaderamente la esencia de una humanidad libre expresada en el amor revolucionario.
Luis Emilio Recabarren (1907)
"Mujer: eres la Madre de la humanidad; tus entrañas alimentaron los seres racionales de la tierra; sin embargo, tu eres la Gran Esclava de tus propios hijos que han fabricado esas cadenas de errores y prejuicios que tienen inclinada la frente gentil a la mansedumbre histórica. Yérguete, en hermosa altivez; destroza las cadenas y proclama tu libertad, que ella será la libertad de tus hijos, la libertad de toda la humanidad."
LAS MADRES ARREBATADAS A SUS HIJOS (FRIEDRICH ENGELS)
Una madre que no tiene tiempo para ocuparse de su hijo, para darle durante los primeros años los cuidados más elementales; una madre que apenas puede ver a su hijo, no puede ser una madre para él: fatalmente, se vuelve indiferente, lo trata sin amor, sin cuidados, como un niño totalmente extraño. Los niños que han crecido en semejantes condiciones están más tarde completamente perdidos para la familia; no podrán sentirse nunca a gusto en la familia que funden ellos mismos, puesto que no han conocido más que el aislamiento en su vida, y es por eso que contribuyen necesariamente a la destrucción, general, de la familia en el caso de los obreros.
Silvio Rodriguez
Madre
(Recital en París en 1977)
"Esta canción está dedicada a las Brigadas de Juventud Trabajadora Ho Chi Minh, que en Vietnam vienen a ser como la Juventud Comunista, y que en el último año de la guerra tuvieron la tarea de
desactivar unas modernísimas minas que se habían colocado en la desembocadura de los puertos y de los ríos de la República Democrática de Vietnam. [...] Un día muy señalado, que fue el día de
las Madres. En el día de la Madres ya habían muerto varios centenares de jóvenes tratando de desactivar esas modernas minas. Y yo hice esta canción, que se llama Madre, en homenaje a ellos".
Madre, ya no estés triste, la primavera volverá,
madre, con la palabra "libertad".
Madre, los que no estemos para cantarte esta canción,
madre, recuerda que fue por tu amor.
Madre, en tu día,
Madre Patria y Madre Revolución,
madre, en tu día,
tus muchachos barren minas de Haiphong.